Conocí por primera vez a esta estilista y editora de moda reconvertida en diseñadora de zapatos ( ¡y que zapatos!) ojeando una edición americana de la revista Vogue, de las que mi madre religiosamente compraba y que yo con tanto interés le robaba, hace ya unos cuantos largos años. Un nuevo mundo se abrió ante mi. Yo, que siempre había defendido a ultranza la comodidad del calzado plano, empecé a notar que los cimientos de mis ideales estaban cambiando. ¿Cómo podía ser?. Lejos de anclarme en el pasado, decidí avanzar y adentrarme en el maravilloso (y, admitámoslo, sexy) mundo de los tacones.
Nacida en Inglaterra en 1971, Tabitha estudió cine en Kingston University, aunque enseguida comenzó a trabajar como estilista para publicaciones como Vogue, Dazed & Confused o Another Magazine; además de colaborar con diversos diseñadores como Calvin Klein, Dolce & Gabbana o Alexander McQueen. Allí fue cuando descubrió como nacen prendas únicas y el momento en que su interés por la parte más creativa de la moda empezó a florecer. La semilla estaba plantada y su primera colección como diseñadora de zapatos comenzaba a gestarse. Fue 2009 el año de su (bendito) nacimiento y tan solo 730 días después el British Fashion Council decidió otorgarle un premio como mejor diseñadora joven de accesorios. Premio que precedió al CFDA Swarovski Award que recibió el pasado año también en la categoría de diseñador de accesorios y que estoy segura precederá a otros tantos que vendrán después en tributo a sus femeninas, delicadas y excéntricas creaciones.
Porque ella es lo que sus creaciones transmiten: una mezcla de opuestos, de referencias estéticas dispares e inspiraciones iconoclastas.
Porque sus pequeñas obras de arte merecen ser vistas y disfrutadas por todas las mujeres del mundo.